Fracturas, esguinces, fascitis... Acelera los procesos de regeneración y recuperación de lesiones y tejidos.

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Gripes, constipados, infecciones, bronquitis...

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Migrañas, dolores menstruales, estreñimiento...

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Complementa los tratamientos médicos en enfermedades como el cáncer. Gran ayuda en los procesos de quimioterapia. Reconocidos sus beneficiosos efectos en este campo. Numerosos hospitales españoles (y de todo el mundo) ya aplican reiki como apoyo a estos tratamientos.

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Disminuye los efectos secundarios de las medicaciones.

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En la mayoría de los casos reiki potencia los efectos del tratamiento médico cuando se usa en unión con él, nunca reemplazando a éste.

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Mejora las defensas y combate la anemia.

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Revitalización orgánica y rejuvenecimiento de todo el organismo.

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Reduce el agotamiento y falta de energía. Reabastece de fuerza vital, aumentando el nivel energético, proporcionando vitalidad física y anímica. 

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Imsomnio. Facilita el sueño y disminuye el abatimiento.

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Gran ayuda para la fibromialgia.

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Ayuda en trastornos alimentarios (bulimia y anorexia). 

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Contribuye a limpiar el organismo y la mente de todo tipo de toxinas. 

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Embarazo y post parto. Ayuda a llevar un buen embarazo, con energía y buen estado anímico. Relaja al bebé dentro del seno materno. Ayuda en la pronta recuperación tras el parto.

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Provoca estado de relajación, reduciendo o eliminando la ansiedad. Ayudando a eliminar el estrés diario al que somos sometidos por las exigencias de la vida

actual.

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Tristeza y depresión. Mejora el estado anímico, modificando la percepción

negativa del entorno.

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Ayuda a liberar emociones reprimidas. 

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Alivia el sufrimiento así sea físico, emocional, mental o espiritual. Equilibra el cuerpo y la mente.  En el caso de pacientes en fase terminal, puede dar alivio tanto a la persona afectada como a su grupo familiar. 

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